La concejala Fernanda Facello Gerez recordó a la activista ambiental María de Lourde Cura, en el “Día del Árbol”, que se celebra hoy en la Argentina. “Es un día triste por todo lo que estamos viendo en las islas, por eso es importante recoger el legado que nos dejó María, y a través de ella homenajear a muchas mujeres y hombres que se han preocupado por plantar árboles en la ciudad”, señaló.
El “Día del Árbol” fue instaurado en 1900, a partir de una iniciativa de Estanislao Zeballos, para concientizar a las personas sobre la necesidad de proteger las superficies arboladas y plantar árboles; aunque el gran impulsor de la actividad forestal en el país había sido Domingo Faustino Sarmiento.
Este año el Día del Árbol llega en un momento de angustia frente al panorama que se ve en las islas del Delta, a la vera del río Paraná, un pulmón verde que arde por el descuido y desaprensión de quienes anteponen la actividad productiva a la biodiversidad.
“En estos días en que los paranaenses estamos tan preocupados por los incendios en las islas, debemos retomar el ejemplo que nos diera María de Lourde Cura, recuperar su legado y transmitírselo a los niños y niñas, porque cuando ellos se acostumbran a cuidar un árbol valoran para siempre la vida”, afirmó la concejala Facello Gerez.
El Concejo Deliberante tiene en debate un proyecto presentado por los concejales Facello Gerez, Sergio Granetto y Sergio Elizar, del Frente Creer Entre Ríos, para asignar el nombre de María de Lourde Cura a la Calle Número 1414 de la ciudad, en el barrio Villa Uranga.
Ella misma contaba que comenzó su militancia ambiental en 1976, mientras dictaba clases en la escuela Mariano Moreno, cuando se dio la ocasión de tener que defender el olivo “Abuelo”, que iba a ser talado para edificar un comedor escolar. Su tesón e impulso obligaron a modificar los planos para salvar el árbol.
Todos los años organizaba una jornada de plantación de árboles en distintos sitios de la ciudad en conmemoración al “Día del Árbol Entrerriano”, que se conmemora cada 28 de julio. Su pasión por el medio ambiente y el amor por nuestra ciudad la motivaron a escribir los libros “Paraná y sus monumentos vegetales” (1999) y “Los árboles en la Biblia” (2009), entre otros textos que publicaba en distintos medios de comunicación.
Su activismo ambiental ha sido reconocido también por la Municipalidad de Paraná, que el 26 de agosto de 1992 la designó inspectora en el programa “Cuida Árboles-Inspectores Honorarios” y en 2017, un año después de su muerte, le impuso su nombre al Vivero Municipal.